Lo primero que hemos de tener en cuenta a la hora de evaluar nuestra capacidad para gestionarnos económicamente es el nivel que tenemos en educación financiera.
La educación financiera es necesaria para que cualquier persona sea capaz de tomar decisiones informadas, evaluando los riesgos y las oportunidades en cada caso, y consiguiendo así mejorar el bienestar económico.
La gestión de un hogar es similar a la gestión de un pequeño negocio; tendremos gastos, ingresos, consumos, ahorros, impuestos… Por esta razón es importante elaborar un presupuesto. Es algo sencillo y que nos ayuda a controlar los diferentes gastos, el detalle de nuestras finanzas personales, y en caso de que se produzcan desviaciones, el presupuesto nos permite saber por qué motivo se han producido y en qué cuantía.
Al elaborar un presupuesto estamos anotando y valorando todos los ingresos y gastos (cobros y pagos) que tendremos a lo largo de un periodo de tiempo, por ejemplo, un año. Aunque pensemos que sabiendo lo que ingresamos y lo que vamos a gastar ya tenemos el presupuesto hecho, es importante escribirlo.
Es primordial evitar deudas y en caso de tenerlas intentar reducirlas lo antes posible, por lo que debemos incluirlas en el presupuesto. Detállalas, ordénalas de mayor a menor en función de su importe y de su interés, y analiza a qué has de dar prioridad, y en base a tu presupuesto realiza un plan de pagos para saber cuándo vas a conseguir librarte de ellas.
Una vez tengamos elaborado el presupuesto podremos ver si es posible ahorrar. Quizás no es fácil, o quizás lo conseguimos cuando terminemos de pagar una deuda, o puede que a lo largo de todo el año sólo podamos ahorrar de forma puntual, al recibir la paga extra. El ahorro es el resultado de restar el consumo a los ingresos disponibles.
Ahorro = Ingreso disponible – Consumo.
A continuación, mostramos algunos consejos para ahorrar el día a día, y para llevarlos a cabo también es recomendable elaborar un presupuesto:
1. Clasifica tus gastos mensuales como gastos fijos (luz, agua, comida, gimnasio …).
2. Después haz una lista de tus pagos variables (ropa, medicinas …).
3. Finalmente, agrupa tus gastos periódicos (seguros, vacaciones …).
4. Elimina todos aquellos gastos innecesarios.
5. Disminuye los gastos excesivos.
6. Cuidado con los gastos hormiga (consumos o compras diarias que en conjunto hacen una gran suma).
7. Reduce tus deudas (atentos a las tarjetas de crédito).
8. Convierte tu ahorro en gasto (haz una transferencia a principios de cada mes para separar el dinero que tienes que gastar del que previsiblemente vas a poder ahorrar).
9. Llena un frasco con calderilla.
10. Ahorra los ingresos extra si los tienes.
11. Sé tu propio banco.
12. Motívate.
13. Recuerda: la prudencia siempre es una buena arma.
14. ¿En qué se te va el sueldo? Valóralo.
En Finanzas para Mortales pensamos que la educación financiera es básica para gestionar el día a día de las finanzas personales.